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Rio Sogamoso
Rio Sogamoso
Rio Sogamoso
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El río se empezó a contaminar, los peces empezaron a morir por esta contaminación. El paisaje cambió, ahora en el terreno habían grandes huecos donde antes habían cultivos, otros animales que vivían cerca al río empezaron a morir también.
Pero en 2008 algo empezó a cambiar...
Empezaron a llegar obreros de otras partes del país, cambiando las dinámicas de los pueblos aledaños al río. Y con ellos, llegaron las maquinas para construcción, el ruido, el polvo.
Ese fue el comienzo de la construcción de una gran represa del megaproyecto hidroeléctrico conocido como HIDROSOGAMOSO
Muchas personas han construido sus sentidos de vida en torno al agua: sus costumbres, su vivienda y subsistencia alimentaria dependen de la relación directa con los ríos, lagunas, humedales o páramos.
Como yo soy un perrito bogotano y al lado de mi casa no hay muchos territorios del agua, entonces no me había preguntado sobre el vínculo fundamental que tenemos con ella.
Pero con el caso del río Sogamoso me di cuenta que muchas comunidades y asentamientos en Colombia dependen enteramente de esta relación.
El río Sogamoso está ubicado en el departamento de Santander y es una de las cuencas más importantes del oriente colombiano. Es afluente del río Magdalena y desde el siglo XVIII ha sido considerado por los deferentes pobladores como una vía fundamental de transporte que comunica el Caribe con la parte oriente del país. Ya en el siglo XX y comienzos del siglo XXI, el río Sogamoso permitía el abastecimiento de alimentos por prácticas como la pesca y la agricultura en las tierras aledañas a este afluente, era un lugar de descanso, recreación y encuentro, y una locación ideal para el turismo comunitario.
El río era un ser esencial para la vida cotidiana y para la identidad de municipios como Betulia, San Vicente de Chucurí, Zapatoca, Girón o Lebrija.
Este proyecto está liderado por la empresa privada de generación de energía ISAGEN, quienes expropiaron el territorio del río a las poblaciones que ya estaban asentadas allí, para utilizarlo con el fin de crear una central hidroeléctrica que generara 850MW de energía para comercializar.
El flujo del río, las dinámicas del ecosistema y la relación que las comunidades han establecido con él, ya no dependen de los ritmos naturales, sino de la generación de energía o de las acumulaciones de agua represada en embalse.
Esto es muy grave, porque una empresa privada le quitó la soberanía sobre el territorio y sobre el uso del agua a un grupo de personas que lo habitaban desde hacía mucho tiempo. Además, se pone en riesgo el ecosistema solo para generar energía con el fin de sostener un modelo de vida basando en la explotación excesiva de los recursos naturales.
¡¡INCLUSO UN DÍA EL RÍO LLEGÓ A DESAPARECER!!
Como menciona Tatiana Roa en su trabajo sobre esta hidroeléctrica, el 8 de junio de 2014 los habitantes de Betulia ya no vieron más el río. Las aguas les llegaban hasta los tobillos, los peces empezaron a morir ante sus ojos y las personas no pudieron hacer nada. Todo por un cierre de compuertas del embalse.
El río volvió, luego de un largo plantón, pero el trauma aún resuena entre los habitantes del municipio.